Semana Santa de Cádiz
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La Voz de Cádiz |
La Semana Santa de Cádiz es, sin dudarlo, la más bella, donde la comunión es total entre los ciudadanos y las cofradías, que en sus recorridos nos van sirviendo de guías, enseñándonos los más bellos rincones de la ciudad, y todo ello sin llegar a ser la más espectacular, ni la más rica ni la más devota.
Las cofradías, con su buen hacer y aprovechando la belleza de la ciudad, hacen que los desfiles procesionales parezcan postales o cuadros del más diestro de los pintores.
Imágenes de las salidas procesionales como la del Cristo de la Palma, por la calle del mismo nombre en el barrio de la Viña, donde sus vecinos se vuelcan con ella saliendo todos a la calle para admirarla, o la del Caído, saliendo del Parque Genovés, o la de la Cigarreras saliendo de Santo Domingo y pasando por delante de la que fué la casa de "sus niñas" la Fábrica de Tabacos, o la salida del Nazareno por Jabonería, donde la calle es tan estrecha que parece que el Cristo va saludando uno por uno a sus vecinos, y así podría seguir con todas, y es que todas ellas hacen que guardes en la retina esas preciosas imágenes.
Y día tras día, se unen para pasar por la Catedral, donde con una elegancia exquisita, por parte de la cuadrilla de cargaores, para que luzca, si cabe más, sus titulares, tienen que subir por una rampa, y lo hacen despacio, muy despacito, como, a modo de un torero da unos naturales gustándose, recreándose en la suerte, que parece que se para el tiempo, y es que parece por momentos que esa rampa es eterna, donde música y mecido se unen, mientras todo el mundo está expectante admirando ese compás que solo lo tiene Cádiz. Y ante tanta belleza sale unos ¡ oles! y unas palmas salidos desde el fondo del alma de los allí presentes.
Así es la Semana Santa de Cádiz, arte y devoción, la más bella historia de amor entre una ciudad y su gente, sin darse golpes de pecho, sin fanatismo, ni mamarrachadas, solo admirando ese mágico momento, el de la comunión y el respeto entre la cofradía y su gente.
Así que no os preocupéis, ya llegarán tiempos mejores donde los cofrades volveréis a salir con la más amplia de las sonrisas, viendo como vuestros titulares lucen más bonitos si cabe.
Bueno amigos, hoy tocaba algo diferente, aunque con la pena de todas las personas fallecidas, que no me olvido de ellas. Gracias por estar ahí, cuidaros mucho.
Las cofradías, con su buen hacer y aprovechando la belleza de la ciudad, hacen que los desfiles procesionales parezcan postales o cuadros del más diestro de los pintores.
Imágenes de las salidas procesionales como la del Cristo de la Palma, por la calle del mismo nombre en el barrio de la Viña, donde sus vecinos se vuelcan con ella saliendo todos a la calle para admirarla, o la del Caído, saliendo del Parque Genovés, o la de la Cigarreras saliendo de Santo Domingo y pasando por delante de la que fué la casa de "sus niñas" la Fábrica de Tabacos, o la salida del Nazareno por Jabonería, donde la calle es tan estrecha que parece que el Cristo va saludando uno por uno a sus vecinos, y así podría seguir con todas, y es que todas ellas hacen que guardes en la retina esas preciosas imágenes.
Y día tras día, se unen para pasar por la Catedral, donde con una elegancia exquisita, por parte de la cuadrilla de cargaores, para que luzca, si cabe más, sus titulares, tienen que subir por una rampa, y lo hacen despacio, muy despacito, como, a modo de un torero da unos naturales gustándose, recreándose en la suerte, que parece que se para el tiempo, y es que parece por momentos que esa rampa es eterna, donde música y mecido se unen, mientras todo el mundo está expectante admirando ese compás que solo lo tiene Cádiz. Y ante tanta belleza sale unos ¡ oles! y unas palmas salidos desde el fondo del alma de los allí presentes.
Así es la Semana Santa de Cádiz, arte y devoción, la más bella historia de amor entre una ciudad y su gente, sin darse golpes de pecho, sin fanatismo, ni mamarrachadas, solo admirando ese mágico momento, el de la comunión y el respeto entre la cofradía y su gente.
Así que no os preocupéis, ya llegarán tiempos mejores donde los cofrades volveréis a salir con la más amplia de las sonrisas, viendo como vuestros titulares lucen más bonitos si cabe.
Bueno amigos, hoy tocaba algo diferente, aunque con la pena de todas las personas fallecidas, que no me olvido de ellas. Gracias por estar ahí, cuidaros mucho.
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