Perdiendo la identidad

Llegando al 2.020, y sin querer o queriendo quién sabe, estamos perdiendo en España nuestro más hermoso tesoro, nuestra lengua, la estamos cambiando por unos cuantos votos para poder presumir de nuestro poder político.
Nuestra lengua es nuestro patrimonio, y no la podemos hablar en nuestro propio país. En las comunidades de Cataluña, Valencia, País Vasco y baleares, los castellanos-parlantes son perseguidos, hasta los más pequeños en las escuelas, no pueden hablar en castellano, porque ellos tienen a sus propias Stasis, que los están vigilando, que los señalan y los separan.
¿Y por donde empezaron?, por la EDUCACION, por el arma más letal que existe, y poco a poco, despacio, están consiguiendo adoctrinar a los jóvenes, educarlos en el odio, ponerles maestros adecuados para que ese odio vaya en aumento, hacia el de otra comunidad española, y sabrá Dios hasta donde llegará.
“Porque los catalanes no se contentarán con que puedan publicar sus libros en catalán, lo que es enteramente justo, sino que en una nueva etapa, cuando llegue, si es que llega, la democracia, querrán que toda la enseñanza en Cataluña se dé en catalán, y el castellano quede completamente desplazado y se estudie como un idioma más, como el francés. A esa desmembración lingüística me opondré siempre, como se opusieron Unamuno y Ortega en el Parlamento de la República”.
Esta reflexión tan premonitoria está realizada en España el 6 de julio de 1952, trece años después de acabada nuestra última Guerra Civil, por el premio Nobel de Literatura Vicente Aleixandre.
Y es que la educación no se puede dejar en manos de nadie, tiene que estar tutelada por el gobierno español, con el fin de que no manipulen, no tergiversen la historia, que sean libres, de que piensen por sí mismos desde la libertad y no bajo una dictadura encubierta y tolerada desde el estado.
Vean sino, los disturbios que se produjeron en Barcelona, ¿es normal esa conducta? Lo que pasa es que de el gobierno catalán junto con la alcaldesa, amparan y justifican (para su propio beneficio) a esos cafres que destrozan la ciudad, ¡su propia ciudad! que acorralen y agredan a las fuerzas de seguridad del estado, que agredan a periodistas que no son de su cuerda para silenciarlos y así poder manipular la información a su antojo, con la impagable difusión de la televisión pública catalana y de alguna estatal. Y es que ellos quieren ese tipo de "guerra contra el estado".
Y mientras tanto, el gobierno en funciones, se encoje de hombros, el ministro de interior, no dota con todo el material antidisturbios disponibles a sus agentes, si no que les dá unas pelotas de foam, pero no muchas, para que se defiendan y el resultado es que terminan muchos de ellos en el hospital heridos.
Estamos en un momento clave de nuestra historia, si no cambiamos el rumbo, la ruptura de España es prácticamente un hecho y todo por no parar de mirarse los políticos el puto ombligo y los demás para otro lado.
Gracias por estar ahí. Salud
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