A mi maestro
En estos días me he estado acordando de Vd. ¿sabe? he recordado, y mire que ha llovido desde entonces, eh?. Eso era allá al final de los años 60, donde en una clase de cuarto de primaria, donde usted nos daba clases, tanto, de Geografía e Historia como de Lengua Española y Matemáticas, y enmedio de ellas intercalaba sus arengas, donde nos explicaba, nos exigía, entre otras cosas, que siendo disciplinado y que con esfuerzo y dedicación podríamos llegar a donde nosotros quisiésemos, nos motivaba.
Siempre trató de que comprendiéramos que había que tratar a nuestros semejantes con dignidad, honestidad, humanidad y sobre todo respeto, haciendo hincapié de que no cayésemos nunca en la soberbia y altivez, que fuésemos siempre solidarios.
En aquellos años, los niños, queríamos ser futbolistas o toreros, pero todos, absolutamente todos, teníamos admiración por los maestros, eran personas al igual que los médicos, lo eran por vocación.
Pasó los años y me enteré que usted llegó a ser alcalde de Sanlúcar, liderando las listas de PCE por un periodo de nueve años, siendo una persona respetada y respetable, como no podía ser menos. Y que, por desgracia, falleció hace ya unos años.
Pero allá donde usted se encuentre querido maestro, le quiero contar, que toda aquella arenga que nos daba, y que la mayoría la llevamos a cabo, hoy no sirve de nada, está pasada de moda.
Fíjese: hoy, el que está de presidente del gobierno ni siquiera se ha ruborizado al haberle detectado un plagio enorme en una tesis doctoral, ha firmado un libro sin haberlo escrito, que se salta la Constitución a pesar de haber prometido lealtad, que ha perdido la poquita dignidad, si es que le quedaba alguna, al pactar con terroristas que han matado gente de su propio partido, con independentistas, que le tiene un odio atroz al resto del país, que llegan hasta el punto de señalar con el dedo a los niños pequeños que hablan en castellano en los recreos, con los asesores y cómplices de los tiranos que matan de hambre al pueblo de muchos países que hay en Sudamérica, y que tienen como único objetivo que el destruir España.
Como usted verá, lo que con tanto ahínco y esfuerzos hicieron toda esa generación de profesores, se ha desmoronado por completo, hoy solo existe odio, rencor y pobredumbre, tanto intelectual como moral, en las escuelas y en las universidades, donde los palanganeros de la dictadura chavista la han tomado al asalto y la han arruinado.
Por eso, a pesar de los años, y con mis canas, quiero que darle las gracias al destino de haber coincidido con usted en el tiempo, y el haberle transmitido sus enseñanzas a mis hijas, que a día de hoy, como diría aquel, son mi orgullo y mi satisfacción. Así que, gracias profe por todo lo bueno que me enseñó.
Gracias amigos por seguir ahí, Feliz Navidad y un fuerte abrazo.
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