Ser andaluz


    Hace ya unos cuantos días, y siempre con tintes políticos, se coló por Andalucía, una que creo que es vicepresidenta primera del ejército sanchista. Creo que nació en Sevilla, pero para nada representa a la ciudad de la Giralda.

Llegó, enviada por su amo y señor, para provocar, insultar y denostar a las profesiones más respetadas en este país, calificándolas de “chiringuitos”

Sí, insultó sin el más mínimo reparo a la enseñanza privada, a esa a la que debería asistir para que le enseñaran a dar discursos sin que hiperventilara, a esa que enseñan educación, tolerancia y respeto al que no piensa con tú, del que, por supuesto carece.

Insultó a los médicos, poniendo en solfa sus larguísimos estudios y preparación, porque también venían de la privada, ocultando de forma soez, que después de tantos de estudios, tenían que pasar un examen conjunto, el temido MIR.

También insultó a los jueces, en un ataque alocado y sin sentido, arremetió contra ellos debido a la presunción de inocencia. Y es que este personaje grotesco, rudo, macarra, que en vez de ser vicepresidenta del gobierno, procede del hampa. Mientras se respalda por un ejército de mediocres sin ningún pudor, que solo tienen como objetivo el alcanzar una paguita del estado.

El andaluz o andaluza no es así, aquí somos amables, pacíficos y empáticos, cosa que ella no lo es, somos nobles por naturaleza, deseamos que al de al lado le vaya bien, porque así es uno menos dando por culo. Aquí nos levantamos con una sonrisa, saludamos con reverencia al sol y no como esta señora con la cara avinagrada, que su único fin es crisparnos.

Señora Montero, tú no nos representa, métete bajo el ala de tu amo y no aparezca por aquí NUNCA.

 

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