Días nublados

                       Como todos los años, el pasado viernes, me senté frente al televisor a ver los Premios Príncipe (ahora) Princesa de Asturias.

Y los suelo ver, porque son premios a la excelencia, a la inteligencia, al tesón de unos premiados empeñados en hacernos una vida mejor.

Y claro, me ilusiona ver que todavía hay personalidades, que se esfuerzan, a pesar de los años, en luchar en lo que creen firmemente, en divulgar sus trabajos, es un motivo de sentirse orgullosos de ellos. 

Y claro, surge la comparativa, entre nuestros premiados y el gobierno de ¿España?, y el resultado no puede ser más desolador.

Tenemos un Reyes que ellos sí, que son marca España y un presidente del gobierno y su esposa, él con su tesis copiada de otros y ella supuestamente lucrándose de la Universidad sin tener estudios para ello. Entre otras lindezas.

Tenemos unos galardonados en Investigación Científica y Técnica, que llevan más de cincuenta años buscando sin desmayo una solución a la diabetes, y a una ministra de Sanidad, que su única meta es el enfrentamiento con la Presidenta de Madrid.

O a un exministro de Transportes, que supuestamente se lucraba con el trapicheo de las mascarillas, mientras miles de conciudadanos morían en la pandemia, mientras él, supuestamente, tenía dinero para subvencionar a "amiguetes" y tener amiguitas pagadas con el dinero del estado.

O a nuestros galardonados en Artes y Deportes, Joan Manuel Serrat o Carolina Marín, Serrat usa su catalán natal para cosas tan hermosas como Paraules d'amor y no como una arma arrojadiza y Carolina, sobreponiéndose a las lesiones, usa su raqueta para acariciar el volante (pelota) y hacernos feliz.

Mientras hay un ministro de Cultura, que va en contra de nuestras tradiciones, donde él ve un asesinato, la mayoría ve plasticidad, el buen gusto y el arte en el toreo. Supongo que mientras la mayoría admiramos las obras de Van Gogh, él verá un sinfín de brochazos de un esquizofrénico, o las pinturas de Picasso para él será unos garabatos después de salir de un garito, o las pinturas de Monet, él interpretará que se ha derramado encima un vaso de agua.

Y aunque tengamos días nublados, gracias a la brillantez de los premiados, hace que todavía tengamos motivos y esperanza de que algún día saldrá el sol.


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