Con la cabeza gacha
Así andamos para nuestra desgracia, sin meternos en nada, mirando para otro lado, rezando para que las desgracias le toquen a otro, que el trabajo lo pierdan los otros, porque estamos planificando las vacaciones y no nos la vayan a fastidiar.
No queremos enterarnos sino el estar "tranquilos", sobre todo, por no señalarnos, para que nos etiqueten de "fachas" (como si eso fuese importante), para que no nos pongan una señal en color amarillo, (como a los estudiantes de Selectividad en Baleares) como a los judíos.
Y seguimos sin querer darnos cuenta de que tenemos a un presidente del gobierno, con tan pocos escrúpulos, que es capaz de vender a su propia madre por un rato de poder, que se está convirtiendo (si no lo ha sobrepasado) a pasos agigantados en el Maduro de Europa con su lugarteniente Diosdado Ábalos, y su Delcy Lastra, siguiendo las directrices de aquel, sobre el como destrozar y prostituir todas y cada una de las instituciones DEMOCRÁTICAS españolas.
Resulta inconcebible, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, como es capaz él solo de indultar a unos golpistas catalanes, humillándose ante ellos, a cambio de unos votos que lo mantengan en el poder y que se han saltado las leyes y la Constitución, y a los tribunales de Justicia españoles. Y para justificar dicha tropelía, amenaza sin pudor a la presidenta de la comunidad de Madrid, (como Maduro a Ledezma) con su Mary Choni Montero a la cabeza, a subirles a los madrileños todos los impuestos habidos y por haber, para no permitirle que demuestre que otra manera de mandar es posible.
Y es que...¿Cómo podemos tener a un presidente que le importa un bledo el país que preside? Que engaña a todo el mundo, que justifica las aberraciones de los Podemos, de los independentistas catalanes y vascos, que ha convertido en el Congreso en un mercado negro, gente de baja estofa, que le dá el dinero de todos los españoles a unos truhanes a cambio de mantenerse en el poder.
Pero nosotros, como los toros mansos, vamos con la cabeza agachada y pegados a las tablas, vamos permitiendo que nos vayan castigando poco a poco y nos defendemos cuando no tenemos más remedio. Y es que la fuerza se nos va por la boca, mientras las bandas subvencionadas e uniformadas salen a calle para hacer ruido, los demás, pasamos de largo en silencio.
Buenos amigos, cuidaros mucho y gracias por seguir ahí.
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